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Capítulo 7: Alcohol y conducción - Manual Uruguay

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Cómo afecta el alcohol en la conducción

El alcohol, a cualquier concentración en sangre, no es compatible con la conducción de vehículos, aunque los conductores subestimen sus consecuencias.

Los efectos del alcohol dependen de muchos factores, como tipo de bebida ingerida, rapidez de la ingesta, estado de repleción del aparato digestivo, tipo de alimento ingerido, presencia de afecciones médicas, sensibilidad personal a los efectos del alcohol, entre otros.

Nuestro país está entre los primeros del mundo en consumo de alcohol per cápita, siendo el consumo más alto en jóvenes, con tasas en constante aumento.

La intoxicación alcohólica aguda no solo es desencadenante de siniestros de tránsito, sino también de siniestros laborales, suicidios, episodios de violencia y otros eventos que alteran el funcionamiento psicosocial.

La capacidad para calcular las distancias se altera, se resiente la atención, la toma de decisiones se enlentece y frecuentemente se hace de forma errónea, la coordinación y precisión de los movimientos falla y hay aumento del tiempo de reacción.

Si va a conducir un vehículo no puede consumir alcohol.


Efectos que alcohol produce en los conductores

Valores de alcoholemia o similares en términos de Espirometría:

  • 0.0:Dominio pleno de facultades para circular responsablemente en el tránsito.
  • 0.3:Disminuye la capacidad de atender a situaciones de peligro. La respuesta a las mismas comienza a enlentecerse y se hace mas confusa.
  • 0.5: Se reduce la visión con dificultades de enfoque y esto ocasiona desantención a las señales de tránsito que no pueden ser percibidas adecuadamente.
  • 0.8: La motricidad se ve afectada, se retardan los movimientos. Aparece una sensación de euforia y confianza, Manejo agresivo y temerario obedeciendo a impulsos sin razonar.
  • 1.5: Estado de embriaguez importante. Reflejos alterados y reacción lenta e imprecisa. La concentración visual se deteriora y mantener la atención se dificulta en extremo.
  • 2.5: Ebriedad completa. El individuo aparece como “narcotizado” y confuso. Su conducta es imprevisible y le es imposible tomar decisiones con certeza.
  • 3.0: Ebriedad profunda. Se pierde paulatinamente la conciencia como antesala al coma y principio del riesgo de muerte.


El consumo de drogas y la conducción

Consumir drogas solas o mezcladas con alcohol deteriora las capacidades mentales y físicas de quien conduce. Entre las de consumo mas frecuente está la marihuana, que produce un efecto depresor del sistema nervioso central. Provoca somnolencia, aumento del tiempo de reacción, disminución de la atención y alteraciones sensoriales.

Las drogas estimulantes, como la cocaína, desinhiben la conducta de la persona que las consume. Producen además excitación, impulsividad, agresividad, sobre valoración de las capacidades propias y trastornos de la percepción.

Subproductos tales como la pasta base pueden agregar otros trastornos, fundamentalmente derivados de la mezcla de la cocaína con otras sustancias. Entre las drogas que producen excitación, están las anfetaminas (un medicamento que puede ser usado sin indicación médica) que provocan ansiedad, impaciencia, impulsividad, dificultad para mantener la atención y comportamientos violentos o incomprensibles.

Entre los alucinógenos, el ácido lisérgico (LSD) y el éxtasis, provocan distorsiones importantes de la realidad, alucinaciones acústicas y visuales acompañadas de ansiedad e incluso pánico.

El consumo de cualquiera de las drogas ilegales, y peor aún, su mezcla con alcohol, hace que sea imposible la conducción. Los conductores reciben severas penas, llegándose a retirar el permiso para conducir en forma definitiva.


Somnolencia y fatiga

La somnolencia es una disminución de la vigilia que se puede ver en las primeras horas de la tarde, entre las 3 y las 5 de la madrugada, o cuando las horas de sueño son insuficientes. También la provoca estar bajo los efectos de sustancias sedantes, situaciones de tránsito monótonas y los trastornos del sueño (insomnio, narcolepsia, apnea del sueño).

Esta disminución de la vigilancia hace que quien conduce se distraiga fácilmente, que aumente el tiempo de reacción, que se produzca una relajación muscular con imprecisión y lentitud en los movimientos. También puede haber microsueños, una percepción afectada del entorno y cambios de carácter, inquietud y agresividad.

La fatiga lleva a alteraciones similares a las anteriores. Se modifica el comportamiento y la toma de decisiones, enlenteciendo en general todas las reacciones. Esta situación es generada por varias circunstancias: una vía con mucho tránsito, poco conocida, con niebla o lluvia. La mala ventilación del vehículo, temperatura elevada o la conducción en horas nocturnas. Los recorridos largos y los descansos cortos, la excesiva velocidad durante mucho tiempo o conducir bajo los efectos de alguna sustancia que produzca somnolencia, también aumentarán la fatiga.

La fatiga modifica el comportamiento y la toma de decisiones, enlenteciendo en general todas las reacciones.

Los principales síntomas de fatiga son:

  • Dificultad para concentrarse en la carretera.
  • Parpadeo reiterado, pesadez de los ojos y visión borrosa.
  • Sensación de tener los brazos dormidos.
  • Movimientos continuos en el asiento sin encontrar una posición cómoda.
  • Dificultad en la audición.
  • Sensación de cabeza “pesada”.


Las enfermedades y la conducción

La conducción de un vehículo en forma segura puede verse afectada por diferentes afecciones:

  • Los trastornos emocionales y psiquiátricos
  • Enfermedades neurológicas
  • Trastornos del sueño: Los pacientes con apnea del sueño (trastornos del sueño) tienen riesgo relativo de sufrir un SINIESTRO de tránsito siete veces superior.
  • Enfermedades cardiovasculares: La insuficiencia cardíaca origina deterioro en el nivel de atención y distracciones. Es vital que quien conduce le informe al médico tratante le tipo de tarea que realiza y las horas de manejo.
  • Diabetes: La hipoglucemia compromete seriamente la capacidad de conducción, origina alteraciones visuales perceptivas, cognitivas, somnolencia y lentitud en los tiempos de reacción.


Estrés y conducción

Apague sus rencores antes de encender el motor.

Las tensiones emocionales actúan como un veneno para la mente y pueden ser muy peligrosas al conducir. No conduzca si se encuentra alterado por algo que le ha ocurrido y si aún así debe hacerlo, incremente las precauciones.

Mientras conduce evite enojarse y discutir.

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