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Capítulo 16: Las leyes físicas y la velocidad

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Las leyes físicas y la velocidad

Cuando un vehículo se desplaza a determinada velocidad y frena bruscamente, por más que el estado del sistema de frenos sea óptimo, sus neumáticos estén en buen estado y las condiciones del pavimento sean buenas, el vehículo se sigue desplazando en el mismo sentido en que viene circulando (inercia).

Esto es determinante para mantener una distancia prudencial de circulación entre su vehículo y el que lo antecede, pudiendo así reaccionar ante un hecho inesperado sin colisionar con él.


Distancia total de detención

La distancia de parada o detención de un vehículo es la suma de otras dos:

  • DISTANCIA recorrida durante el tiempo de reacción: El tiempo de reacción es el que transcurre desde que se observa una situación de riesgo hasta que se presiona el freno. Esto depende fundamentalmente de las condiciones psicofísicas y emocionales del conductor.

El tiempo de reacción aumenta con el cansancio, alcohol, algunos medicamentos y factores que actúan directamente en nuestro estado de ánimo o sistema nervioso central. Durante este tiempo se recorre una distancia a la cual se le denomina distancia en tiempo de reacción.

  • DISTANCIA de frenado: Es la distancia que se recorre desde que pisa el freno hasta que el vehículo se detiene por completo. Varía dependiendo de la velocidad a la cual se circula al estado de los frenos, cubiertas, pavimento, clima y peso del vehículo.

Dibujo de un vehículo visto de arriba donde se muestra con flechas “Distancia de acción”, “Distancia de frenado” y abarcando ambas fechas “DISTANCIA TOTAL DE DETENCIÓN”.



Conducción defensiva

Es la forma de conducir que pretende evitar accidentes de tránsito a pesar de las acciones incorrectas de los demás y de las condiciones adversas.

Para anticiparse a los peligros y tener tiempo para reaccionar, es fundamental cumplir con:

  • Mantener una velocidad adecuada (de acuerdo a las condiciones del entorno).
  • “Hacerse ver” llevando las luces encendidas. No circular en el “punto ciego” de visión del vehículo que le antecede, principalmente de aquellos de gran porte, como ómnibus y camiones. En ese caso se deben extremar los cuidados y no circular en paralelo durante largas distancias.
  • Realizar las señales de giros y cambios de carril con anticipación.
  • Reducir sensiblemente la velocidad en los cruces de calles y caminos.
  • Mantener una distancia prudencial con el vehículo que le antecede y aumentarla si las condiciones son adversas (clima, vía, fatiga, somnolencia).
  • Mantener una distancia lateral prudencial cuando se circula en calles con vehículos estacionados. Hay que estar preparado/a para no salirse de la línea de circulación. Evite realizar maniobras riesgosas.
  • Al detenerse, debe asegurase que los vehículos que están detrás advirtieron claramente la señal de detención: encendiendo las balizas o colocando el brazo hacia abajo.
  • Cuando se circula en carretera, el parabrisas se ensucia con insectos que chocan contra él y el limpiaparabrisas no lo despeja totalmente. A veces es necesario detener el vehículo para quitar las manchas que interfieren en la visibilidad.
  • Cuando se acerque a un obstáculo, deberá siempre ceder el paso al que viene en sentido contrario.


La visión en el vehículo

Es importante tener una buena visibilidad. El parabrisas delantero y la luneta trasera deben estar limpios y libres de objetos que obstruyan la visión, como por ejemplo las calcomanías.

Hay que levantar la vista y mirar a lo lejos, no siempre próximo al vehículo. Esto le permitirá anticiparse a lo que pueda suceder más adelante, como un vehículo averiado, un corte de tránsito o cualquier otro obstáculo.

Observe con regularidad los espejos retrovisores para saber lo que ocurre detrás y a los costados del vehículo.

Aun teniendo en cuenta los tres espejos retrovisores (el central y los laterales), siempre quedan espacios sin visión que se conocen como puntos ciegos.


Los puntos ciegos

En el entorno del vehículo existen varias zonas que no podrán ser divisadas por el conductor, desde la posición de manejo, a estas se las conoce como PUNTOS CIEGOS.

La existencia de los PUNTOS CIEGOS es generada por la estructura del vehículo, los parantes de las ventanas, la ubicación estructural de los soportes de carrocerías y la regulación de los espejos retrovisores.

Los puntos ciegos están distribuidos en el entorno y varían de acuerdo al vehículo, ubicación del conductor y posición de los espejos retrovisores.

En el caso de que se le aproxime una motocicleta, vea que percibirla es aún más complejo, ya que al ser un objeto de menor tamaño queda prácticamente oculta en su totalidad por la estructura del vehículo.

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